viernes, 3 de febrero de 2012

El gol de chilena de "Polilla" Da Silva.

Cuando leí el libro “Fiebre en las gradas” (muy recomendable su lectura) me resultó curioso que el autor relacionara momentos de su vida con partidos o situaciones que le pasaban a su equipo, en este caso al Arsenal ingles. A mi también me pasa y seguro que a ti, aficionado y entusiasta atlético, también. Dice mi mujer que estoy loco. No la falta razón.

Con el partido del domingo a la vuelta de la esquina, se me viene a la cabeza uno de esos momentos que no se olvidan. En aquella década de los 80, donde no había la saturación informativa con la que contamos ahora, si no ibas al estadio o si tu equipo jugaba a domicilio solo quedaba esperar a la noche para ver en “Estudio Estadio” el resumen del partido y poco más.

A un niño de 8 años, poco más que algún recuerdo le pueden quedar de los partidos a los que asistía en el Calderón. Pero aquel día, en aquel partido, una imagen permanece imborrable en la mente de los que asistimos a ese partido.
El Atlético jugaba ante un Valencia que a final de aquella  temporada 85/86  descendería. El Atleti, por el contrario, llegaba de ser campeón de Copa en la temporada anterior y ese año acabaría ganando la Supercopa de España y jugó la final de Lyón, en la Recopa de Europa, ante el Dinamo de Kiev. Era la última etapa pre-Gilista. Fue la última vez que vimos a un Atlético de Madrid libre.
Del partido solo recuerdo ese gol. Esa chilena  de Jorge  “Polilla” Da Silva. Era el 1-0. Luego llegaron 4 goles más (otros 2 del uruguayo y 2 del “Negro” Cabrera) pero aquel escorzo en el aire fue algo que nunca se podrá olvidar.

Da Silva fue un delantero uruguayo que llegó del Valladolid para sustituir al protésico dental mexicano que se fue al equipo de la capital que viste de blanco. En dos temporadas (80 partidos/29 goles) ayudó al equipo a llegar a dos finales, la ya recordada de la Recopa (con exhibición en cuartos de final en el “Pequeño Maracaná” de Belgrado ante el Estrella Roja) y a la Final de Copa del Rey en la temporada 86/87. Ahora ejerce como entrenador en Banfield (Argentina).


Salvando las distancias, el partido del domingo tiene su similitud en algunos aspectos. En el banquillo se sienta un ídolo de la afición (por aquel entonces era Don Luis Aragonés, ahora Simeone), el delantero centro es un sudamericano (Falcao) que sustituye a un futbolista que prefirió el dinero a vestir la camiseta rojiblanca (y me refiero, en este caso, al muerto de hambre argentino). Evidentemente el rival, al contrario de entonces, es 3º en la Liga, viene de un pasado reciente glorioso (con 2 Ligas ganadas, prácticamente consecutivas, a principio de la década anterior) y que llega con el propósito de dejar al Atlético a una distancia mas que considerable en la clasificación.

Se prevé mucho frió, un partido difícil y buenas dosis de emoción. Si dentro de unos años tenemos que recordar el partido por una imagen o un gesto que sea siempre a favor del Atlético de Madrid.
¡¡¡Que ganas de ver fútbol!!!....

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