viernes, 27 de abril de 2012

¡¡¡A BUCAREST!!!.

UEFA Europa League.
Semifinal. Partido de Vuelta.
Valencia C.F. 0.
Atlético de Madrid 1. (0-1. Adrián, min 59´).

El Atlético de Madrid vuelve, dos años después, a la final de su competición fetiche. Adrián, con un golazo, entra en la historia al lado de nombres como Mendoça, Jones, Garate, Adelardo, Julio Prieto, Cabrera o Forlán.


Hace un tiempo le escuché decir a “Petón” (atlético de referencia donde los haya) que el equipo de cada uno es como un miembro mas de la familia. Y yo suscribo, una por una, sus palabras. El nudo en el estomago de ayer, antes de iniciar el partido, es parecido al que se produce cuando te comunican una mala noticia familiar o cuando alguien allegado entra en quirófano. Mi equipo, en este caso el Atlético de Madrid, anoche tenía poco menos que una operación a vida o muerte. Cierto que el riesgo venia anestesiado con dos goles a favor, pero se corría el peligro de caer eliminado.

Al inicio pasó lo esperado. El Valencia, tan voluntarioso como impreciso, intentó acogotar al Atleti en su área. Los nuestros, con la lección bien aprendida, se dejaban dominar pero el grado de concentración era máximo y enseguida pudimos ver que este Atleti de Simeone sabe competir. Por si fuera poco, la aparición de Courtois (después del partido confirmó que se queda un año mas) con tres paradas providenciales hacían que nos fuésemos al descanso con el marcador a 0 y con 45 minutos mas cerca del ansiado deseo.
El cambio de Mario por Gabi en el intermedio le dio al Atlético el aplomo en la media que no había tenido en la primera mitad. El Valencia perdió el brío inicial y sus ataques y llegadas eran cada vez más esporádicas. La lesión de Canales (le deseo una pronta recuperación) fue un mazazo para los intereses “Ches”. Justo un minuto mas tarde de la salida del terreno de juego del cantabro, y tras un robo de balón de Diego en la zona de ¾ de campo, un pase del brasileño a Adrián permitía al 7 rojiblanco empalmar una parábola que se introducía en la portería de Diego Alves……

¡¡¡¡¡GOOOOOOOOOLLLLLLLL!!!....

¡¡¡¡¡COMO LO CANTÉ,MADRE MIA!!! ¡¡¡COMO ME ROMPÍ LA VOZ!!!!....



Era la puntilla para el Valencia y la sentencia de una eliminatoria que debió llegar a Mestalla sentenciada del partido de ida. A partir de ese momento, el Atlético, con Diego y Arda al mando de las operaciones, se encontró a gusto en el césped y comenzó a lanzar contragolpes cuando el Valencia se descolocaba tras cualquier robo de balón.
Pero en el minuto 75´ llegó una jugada que pudo cambiar el signo del partido y quien sabe si de la semifinal. Barragán lanza un centro al área, saltan Tiago y Costa y el balón sale rechazado. En primer lugar parece que el balón golpea en la mano de nuestro portugués y el colegiado pita penalti. La repetición muestra que la pelota golpea en el portugués valencianista, el arbitro, a instancias del juez de linea, pita la falta a favor del Atleti  y se forma un barullo de jugadores. Empujones, pisotones, nervios, tensión y Tiago sacude un puñetazo a Soldado delante del árbitro. El 5 rojiblanco se va expulsado y no jugará la final. Tengo predilección por Tiago pero anoche cometió una equivocación que le va a costar demasiado.
De ahí al final el Atleti controló el partido y cumplía con el objetivo de estar el 9 de Mayo en la final de Bucarest. El rival será el Athletic Club de Bilbao.

No seré yo quien lance ningún tipo de soflama advirtiendo que tipo de enemigo extradeportivo nos vamos a encontrar, pero ahora toca, a prensa y opinion publica, reverenciar al equipo de moda porque es “cool” hacerlo. Nuestro equipo, con sus armas, plantará cara al rival. Lo que tengo claro es que no necesitamos el apoyo de nadie. La afición del Atlético de Madrid es tan grande que se basta sola para alentar a su equipo.


Por ultimo me quiero acordar de los faltan, de mi tío Rafa que, aun indignado con la gerencia atlética, hubiese disfrutado el pase a la final, del padre de mi colega Melones que desde el tercer anfiteatro del Calderón habrá visto de nuevo meterse a su equipo en una final europea y de mi compadre Juanma que, aun siendo madridista, habría sido el primero en felicitarme por la victoria de ayer. También de aquellos que un 28 de Julio acudieron al Calderón para animar a su equipo ante un rival de nombre impronunciable, de aquella eliminatoria ante el Vitoria en la que mi niña de 3 años fue por primera vez al Manzanares, de aquel primer gol de Falcao con la rojiblanca ante el Celtic, del agónico empate en Rennes, de la única derrota en Udine, del zarandeo a Udinese en el partido de vuelta, de la visita a Celtic Park con el gol de Arda, de aquella noche, ante el Rennes, en la que el Calderón se reveló ante la nefasta gestión de los Gil , de la exhibición en el Olímpico de Roma, del gol de Godín ante el Lazio, de mi ausencia el día del Besiktas por un cólico nefrítico, del infierno de Estambul, del gol de Salvio en el descuento ante el Hannover, de la obra de arte de Adrián en Alemania y de la comunión equipo-afición en el partido del jueves pasado.



Han sido muchos meses de sinsabores, de ver como la prensa madrileña-madridista nos ninguneaba, de escuchar al aficionado de turno mofarse de nuestro equipo y así esconder la incapacidad de los dirigentes de su equipo para acometer un fichaje, de tener que aguantar a unos mandatarios que sabemos que repetirán, como en 2010, la descapitalización de una plantilla que puede volver a hacernos campeones.
Disfrutemos de este momento, confiemos que en los 4 partidos de liga que restan el equipo conseguirá meterse donde, por historia, merece y dejemos trabajar a un cuerpo técnico que se encontró un equipo muerto y lo ha llevado a una nueva final.
El domingo vuelve la liga en Sevilla. Será ante el Betis. Y allí se cerrará un círculo. Donde todo empezó… El proyecto Simeone.

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