domingo, 6 de mayo de 2012

Nadar para morir en la orilla.

Campeonato Nacional de Liga.
37ª Jornada.

Atlético de Madrid 2. (1-1. Koke, min. 66´. 2-1. Adrián, min´. 77´).
Málaga 1. (0-1. Eliseu, min.37´).

Sufrida victoria del Atlético de Madrid que le vuelve a meter en la lucha por la Champions. El equipo ya vela armas para la Final de la UEFA Europa League en Bucarest.

Estoy jodido. Muy jodido. Tremendamente jodido. Te preguntarás que habiendo ganado por qué estoy así. Es fácil. Estoy jodido porque la victoria de ayer sirve para llegar a la última jornada de manera agónica, con posibilidades de entrar en la Champions de la próxima temporada, cuando durante el año se han perdido oportunidades inmejorables para no haber llegado a este extremo. Estoy jodido porque durante el año hemos sido incapaces de ganar a equipos descendidos (Racing), a equipos que probablemente desciendan (Sporting, Zaragoza o Granada) y durante la semana pasada a 2 equipos que no se jugaban absolutamente nada (Betis y Real Sociedad). Estoy jodido porque tras el enorme esfuerzo de anoche somos un equipo que llega a una final con el piloto de la gasolina en reserva mientras nuestro rival del miércoles tuvo una jornada placida en la que pudo reservar a sus jugadores. Estoy jodido porque un rival, el Málaga en este caso, nos vuelve a pasar por la derecha como en otras ocasiones han sido Sevilla, Villarreal, Valencia u Osasuna. Estoy jodido porque ayer un tonto de las pelotas, aficionado del Málaga, vino a reírse en nuestra cara en el Manzanares. En el sector en el que me encuentro tuvimos que aguantar que un paleto estuviera haciendo muescas y bailecitos a partir del gol de Eliseu y durante todo el descanso. Estoy jodido porque hemos llegado a esta situación gracias a una gerencia que nos ha llevado a ser el hazmerreír del fútbol nacional. Han conseguido que cualquier “nuevo rico” del fútbol español venga a nuestra casa a chulearnos. Estoy jodido porque a Antonio López Guerrero y a Luis Amaranto Perea (Mil gracias a los dos. Siempre seréis uno de los nuestros) no se les puede despedir de la manera que se les ha despedido. Ni siquiera tuvieron la opción de desestimar una oferta de renovación. Estoy jodido porque mi equipo lleva 54 goles en todo el campeonato y el próximo “Pichichi” ha marcado ya la friolera de 50 tantos. Estoy jodido porque anoche pudo ser, si nada lo remedia, el último partido en el Calderón de los Falcao, Diego, Adrián…

Durante los días previos se había especulado con la posibilidad de que Simeone introdujera cambios en el 11 inicial. Al final se decantó por dejar a Arda en el banquillo y asi sacar un equipo de garantías. Después de tener que remontar el marcador es obvio pensar que el equipo llegará cansado a la final de Bucarest pero bien es cierto que llega con la tensión competitiva necesaria para un partido así.
Como bien me imaginaba yo, el encuentro comenzó siendo el “partido invisible”, me explico. Nosotros, jugadores y afición, estábamos en el Calderón físicamente pero la cabeza y el pensamiento estaban en la capital de Rumania. Pronto, el Málaga, nos recordó donde debíamos estar. Un mano a mano de Isco y un disparo de Joaquín pusieron en alerta a Courtois y al equipo en general. El balón era del equipo boquerón. No era una sucesión de ocasiones pero el dominio de la posesión era monopolizado por los malaguistas. En la salida de un corner en nuestra área el balón es rechazado con dirección a Adrián que monta un fulgurante contragolpe que Falcao falla, incomprensiblemente, en boca de gol. Este equipo ha errado demasiadas ocasiones en momentos claves de los partidos y lo ha acabado pagando caro. Ayer no fue la excepción. Otro corner despejado por nuestra defensa es recogido por Eliseu que desde 30 metros lanza un zapatazo a la escuadra. El 0-1 era el resultado justo y la diferencia entre unos y otros durante la temporada. Ahí comenzó el “show” de un impresentable en la grada del estadio.


Desconozco que les diría Simeone a sus jugadores en el vestuario, pero la actitud fue totalmente distinta en la segunda mitad. Cierto es que el Málaga se echó, de manera descarada, para atrás. El tal Pellegrini, al que en el otro equipo de la capital ninguneáron durante toda una temporada, replegó a su equipo cuanto tenía todas las papeletas para sentenciar el partido y su clasificación final. Craso error del chileno. El Atleti empezó a combinar, cierto que de manera aturullada, y a llegar al área de Kameni de manera continua. Un corner despejado por el camerunés cae en la frontal del área y Koke suelta un latigazo imposible para el portero. Empate, el Calderón entra en ebullición y el “papafrita” malagueño ya no reía ni saltaba tanto. Simeone, justo en ese momento saca del campo a Diego para meter a Arda pero el partido estaba en los pies del canterano. Desde el medio centro, atrasado 20 metros de su posición habitual, Koke quiso la pelota para él. Su juventud le hace perder balones por querer dar el último pase. Anoche empezó a ser el arquitecto que todos queremos. Un nuevo corner a nuestro favor llega despejado a pies de Filipe que cede a Courtois (en ese momento pensé que de un balón a favor en área contraria habíamos pasado a tener, de nuevo, el balón en la nuestra) y el belga, providencial todo el partido después de las criticas del miércoles pasado, mete un patadón hacia arriba, Falcao molesta en el salto a su marcador y Adrián, libre de marca, encara a Kameni y hace el 2-1. ¿Nadar para morir en la orilla? Puede que si. Ahora el Málaga está a 2 puntos y necesita la victoria, imperiosamente, ante un Sporting de Gijón que apurará sus opciones de salvación, mientras que nosotros en la resaca europea, para bien o para mal, visitaremos al Villarreal, otro “nuevo rico”, que como pierda se va a Segunda también.

Acabó el partido, como viene siendo habitual, encerrados en nuestra área, a base de saques de esquina y faltas laterales. Ahora ya si toca pensar en Bucarest, en el Athletic de Bilbao y en soñar con traernos esa Europa League que tanta gloria nos dio en el año 2010.

P.D.: Al malaguista saltarín, cuando acabó el partido, hubo que recordarle lo que hace su hermana en el asiento trasero de los coches de los madrileños que van a la feria de Málaga en Agosto…

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